
El Secreto del Pequeño Río
En un hermoso bosque, escondido entre altos árboles y flores de mil colores, corría un pequeño río de agua cristalina. Todos los animales iban allí a beber y jugar, pero había algo especial en él: se decía que guardaba un secreto mágico.
Un día, una tortuga llamada Tina llegó al río muy triste. Había perdido una carrera contra una liebre y pensaba que nunca sería rápida ni especial. Suspiró y miró el reflejo del agua.
—¿Por qué estás triste? —susurró el río con una voz suave.
Tina abrió mucho los ojos. ¿El río hablaba?
—Soy lenta y nunca ganaré una carrera —dijo Tina con un suspiro.
El río rió suavemente.
—No importa si eres rápida o lenta. Lo importante es que sigas adelante y nunca te rindas.
Tina se quedó pensando. Tal vez no necesitaba ser rápida, sino perseverante. Desde ese día, entrenó todos los días sin rendirse. La siguiente vez que corrió contra la liebre, aunque no ganó, terminó la carrera con una gran sonrisa.
Y así, el pequeño río siguió susurrando consejos a quienes lo escuchaban, ayudando a todos a descubrir su verdadero valor.
Moraleja: Lo importante no es ser el mejor, sino seguir adelante sin rendirse